La vida es un suspiro

He llegado a un momento de mi vida en el que sólo quiero hacer lo que me gusta; lastimosamente no puedo dedicarme sólo a ello, pero por lo menos sueño todos los días con eso y he dado el gran paso comenzando a decir no a muchas cosas, ya no soy tan fácil de convencer.  Ahora me lo pienso más, y si tengo que decir que no, lo digo y punto.

Ya dejé de pensar en arreglar el techo de mi casa, ahora pienso más en irme de viaje a Santorini.  Waooo hace rato que quiero ir a pararme frente a esa belleza de mar.  Es que amo viajar!!!

Tranquilos! estoy trabajando para eso.  El techo que espere.

Así mismo tendrán que esperar las  ventanas nuevas, porque quiero tomar un curso de pintura.   Es que me puse a pensar: si me muero las ventanas y el techo los disfruta otro, pero me llevo lo vivido con los viajes y mi cursito de pintura.  No hay duda que lo material no llena nuestro espíritu, ni están presente en los recuerdos.

Cuando nos desprendemos del cuerpo y nos dedicamos a soñar, a recordar, seguro no lo hacemos pensando en el juego de sala nuevo o en el nuevo color con el que pintamos la casa.  Pero, si lo hacemos recordando ese paseo inolvidable por la playa, con esa puesta de sol que parece de otro mundo, o ese amanecer que transporta el alma, o momentos que disfrutamos con la gente que amamos.

Cada vez me importa menos lo que la gente diga.  Cada vez confío más en mi instinto, y sigo mi «sexto sentido».  Cada día disfruto más de la vida, de los momentos, de las cosas más insignificantes.  Y las cosas materiales no me dan ni la más ínfima parte de felicidad, de paz.

Mirando hacia atrás, hacia lo vivido, entiendo que no vale la pena pelear con nadie, ni discutir por nada, voy comprendiendo que mi paz mental no tiene precio.  Voy amando más mi paz interior, y refuerzo que vivir sin que nada me afecte no tiene comparación.  He logrado soltar, soltar todo.  Ahora sólo acepto cerca de mi a gente con buena vibra, positiva, que no hable de enfermedades y problemas.   ¿Qué existen? si, pero no me afecta.

Ya saben, cuando vengan a hablarme sólo está permitido hablar de prosperidad, de paz, de armonía, de tolerancia.  A vivir!  a vivir se ha dicho.

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s