Adiós a los ladrones de ideas

La creatividad a la hora de escribir o idear no siempre llega cuando debe.  Esa pérdida de la musa que nos inspira produce cuotas de estrés más altas de lo normal, sobre todo si tengo un trabajo que entregar mañana muy temprano, y el reloj ya comienza a acercarse peligrosamente al final de este día.   Entonces comienzan las teclas a sonar, y la teclita de borrar detrás…así pueden pasar horas, y la musa se aleja más en el confuso revoloteo de ideas.

Nada…la taza de café hace su efecto, pero no fluye nada.

Es entonces cuando la tentación de hacer una rápida búsqueda en google se apodera de nosotros. «Eso es mejor que no entregar nada», nos justificamos rápidamente.   Allá vamos, copy y paste, copy y paste, copy y paste.  Acabamos.

Todo este proceso funcionó por años, sin embargo la tecnología que tanto amamos también nos condena.  Nuestro plagio ya no quedará entre google y nosotros, ahora podrá ser fácilmente descubierto, y por tanto nuestra reputación de buen escritor, buen estudiante o buen trabajador será volcada por la borda.  Ahora dudarán hasta de los buenos días que demos.

plagio

Para mala suerte de los plagiadores, y buena para el derecho de autor nacieron los «detectores de plagio».  Sencillos, fáciles de usar y perfectos delatores.

«Es clave que los profesores creen en sus aulas una cultura de respeto a los derechos de autor y, así, enseñen el valor de la producción intelectual» dijo Francisco Villamarín, docente universitario, en un artículo para el Tiempo de Bogotá

Y lo mejor, son gratis y con capacidad de hacer búsquedas en idiomas diferentes.

Plagiarisma, PlagScan, Ephorus, Viper, Google Scholar, Copyscape, Plagium.  Estos son solo algunos de los que existen, y los hay para todas las funciones imaginadas. El trabajo de revisar cada documento puede resultar tedioso, pero la gratificación de saber que los trabajos que recibimos fueron producto del intelecto puro y duro no tiene precio.

Hacer uso de estas herramientas, poner reglas del juego claras al momento de iniciar una relación laboral, estudiantil o en el ámbito que fuese; repercutirá directamente en la evolución profesional de todos.  Y lejos de lo que podrían pensar algunos, la creatividad despertará más robusta y activa que nunca.

Plagio famoso

Hace muy poco se hizo público el plagio que realizó el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en su tesis de grado para acceder al título en Derecho.  La Universidad Panamericana de México dijo que:

«reproducciones textuales de fragmentos sin cita a pie de página ni en el apartado de la bibliografía…la tesis presenta ideas propias, ideas ajenas citadas e ideas ajenas no citadas»

En este caso todo quedó tal cual, porque la Universidad hizo saber que en su reglamento no hace alusión a casos de ex-estudiantes.  La periodista Carmen Aristegui dijo que según una investigación, el 29% de la tesis había sido plagiada.   A todo esto el portavoz del Presidente Peña Nieto aseguró que el Presidente había cumplido con todos los requerimientos para recibirse de abogado, e ironizó en que la falta de algunas comillas era hoy tema para titular periódicos.

Afortunadamente para los autores honrados y creativos ahora se cuenta con herramientas no manipulables por la mano del hombre, y existen además mentes claras, brillantes y decididas a no dejarse robar más.

Adiós a la impunidad, bienvenida a la creatividad.

 

 

 

 

 

 

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